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En mi experiencia, un enfoque integral hacia la salud y el bienestar, es fundamental reconocer que el ser humano es una entidad compleja que abarca no solo el aspecto físico, sino también el emocional y espiritual. La combinación de la medicina occidental y oriental permite un tratamiento más holístico, abordando las diversas dimensiones de la vida. La medicina occidental se centra en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades, mientras que la medicina oriental, con su énfasis en la conexión mente-cuerpo, proporciona herramientas para el equilibrio emocional y la sanación espiritual. Esta sinergia en la atención médica fomenta un estado de bienestar más completo, promoviendo una vida más sana y plena. Al adoptar este enfoque integral, podemos avanzar hacia una salud sostenible que nutre todos los aspectos de nuestra existencia.